Este gorrión lleva en casa desde 2004. Lo recogimos en la calle to pelón para soltarlo en el parque cuando aprendiera a volar, y cuando llegó el verano había perdido las plumas de la cola y no podía volar. Acostumbraba a dormir encima de mi hombro o de la cabeza. Luego se domesticó demasiado y se posaba encima de la personas que se encontraba. Una presa dmasiado fácil para los depredadores, así que desde entonces vive con nosotros.