Bebé es una gata muy especial. La encontré en la calle con su hermanita cuando apenas tenían 10 días. Las criamos en casa a base de biberón y con la colaboración de Niva, una perra samoyedo hiper cariñosa que se encargaba de mimarlas y limpiarlas cada vez que hacían sus necesidades. A las pocas semanas la hermanita de Bebé murió, pero ella sobrevivió (aunque no sin muchos altibajos) y finalmente resultó aser una gata muy sociable con nuestros perros y con la familia. Eso sí, los otros gatos o todo aquel humano que no viva en casa no es digno de su amistad. Ahora tenemos una gata mucho menor, y no consiguen llevarse del todo bien. XD Sin embargo, por mí tiene una devoción sin mesura que le agradeceré toda la vida.